El sentido de la educación

El sentido de la educación

“Un Renault Clío, euforia hilarante, macedonia de cannabis, alcohol y desidia. María, acaba de cumplir dieciséis años; se quita la ropa e intenta convencer a su amiga, mientras Pedro tiene ganas de vomitar. Todo se nubla. Álex, encerrado en el baño, se atiborra de estupefacientes mientras piensa que odia a su padre, porque esa misma mañana le ha reventado el labio a su madre. Está pensando en buscar un arma y matarle. Hoy no piensa nada más.”

Es lo habitual; nadie se indigna, nadie se ofende. Inertes en la ignorancia de una realidad privada de amparo, abocada a la incertidumbre de la inconsciencia. Porque nadie escucha los gritos de urgencia, porque la sociedad se tapona los oídos. Da pereza cavilar y fabricar una vacuna que muerda la apatía, que lidie con los valores, con la capacidad crítica de un aforismo moral. Y es que, sumergidas en el pantano de la desolación, las nuevas generaciones, desprovistas de un dedal que les preserve, se hayan huérfanas de integridad, bajo la ética mutilada; sin capacidad ni posibilidad de protesta ante el “bienestar” del mundanal ruido.

La filosofía, lo trascendental, yace en la tumba de la apatía. No hay hueco para pensar, ni para sumergirse en la búsqueda de las propias creencias, en la maduración de la crisis existencial. No hay afán por rebelarse contra la razón y ganar la batalla al desconcierto, por aprender en un mundo que se torna insensato. Hay pereza para pensar. Hoy no preocupa el sentido humano, existencialista. Las decisiones, desprovistas de pensamiento crítico, de inteligencia emocional y de capacidades para sopesar las valoraciones, oprimen la experiencia de apreciar el momento presente. Las mentes, abstraídas en la ignorancia del propio ser, de sus emociones, de la racionalidad; privadas de una meditación que sustente el aprendizaje de la vida, son condicionadas por la falacia.

Asistimos ante todo, a una crisis moral, que amenaza el sentido de la humanidad y su evolución. La experiencia de vida, es en sí misma un aprendizaje continuo, donde cabe recalcar la importancia de la familia y la escuela, como principales agentes socializadores, sin eludir la responsabilidad social, que ha de contribuir en la formación comunitaria. Pero nuestra sociedad no educa, porque el concepto de “bienestar” es arcaico, simple, no atiende a las personas; porque sólo se ocupa de la cosmética sumergida, en el escaparate de los protocolos. Los maniquís se encargan de publicitar etiquetas: “esto está reservado”.
Se cuenta que la educación en valores corresponde a la familia, y la sociedad se lava las manos. Pero es que la familia está encerrada en lo social; es el círculo de la ironía. La función de la escuela es académica, orientada a los “productos”, es una fábrica más. Es urgente exigir responsabilidad social a los políticos que disfrazan el concepto de educación en base a una cultura falta de interrogantes, abúlica.

Hay que desnudar a la educación, dejarla libre, que se desarrolle en su sentido práctico, que fluya , que sirva a la sociedad, que se muestre útil, que enseñe las tripas.

Raquel Díez Real (2017): El precipicio social. El sentido de la Educación. En A la ética por la estética. Barcelona:  Anthropos editorial.

Anthropos editorial, Barcelona www.anthropos-editorial.com
Siglo XXI editores, México sigloxxieditores.com.mx
Siglo XXI editores, Argentina sigloxxieditores.com.ar

 

Informar es aprender

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INFORMAR

es aprender

El proyecto “Informar es aprender” nace con el objetivo de promover la innovación didáctica de los procesos de enseñanza-aprendizaje, en relación con las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y de la Información. Este proyecto pionero ha sido llevado a cabo como experiencia piloto por dos profesionales del ámbito educativo, de la comunicación y de la información: Raquel Díez Real, maestra, licenciada en Psicopedagogía, Publicidad y Relaciones Públicas, y la especialista en comunicación y periodista Paz Pérez Pernas y directora de la agencia Creativa Total.

La necesidad de dar respuesta a una sociedad en la que el avance tecnológico se impone a las experiencias reales de los alumnos, supone un reto para el profesorado, que necesita nuevas estrategias didácticas y formación continua en su práctica docente. El proyecto Informar es Aprender” se constituye así como una de estas estrategias pedagógicas que contribuye en la mejora de la enseñanza, en un nuevo contexto social. Ofrecer a los alumnos la oportunidad de que aprendan a aprender mediante la utilización de recursos tecnológicos abre nuevas posibilidades y metodologías que ayudan a fomentar la motivación del alumnado en el proceso de enseñanza aprendizaje. Un método que puede ser utilizado en todos los niveles educativos, al mismo tiempo que integra una enseñanza globalizada, ya que se trata de interrelacionar todos los elementos del currículum con elementos innovadores en su aprendizaje.

 Informar es aprender un proyecto de innovación didáctica de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Trata de explotar los recursos digitales que nos ofrecen las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y de la Información. La experiencia muestra cómo los alumnos aprenden de forma globalizada a través de la realización de un reportaje audiovisual, con gran implicación y motivación hacia el proceso de aprendizaje.

 

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